EL REALISMO MAGICO
Es una corriente o movimiento literario aquí el autor combina elementos mágicos con el mundo real, creando una especie de equilibrio entre lo mágico y lo cotidiano, el realismo mágico es una actitud distinta a lo real. Este término nació alrededor de los años 1940 y 1955 (literatura), el término fue dado primero en la pintura por los críticos de la época que intentaban definir los trabajos de los pintores germanos en la postguerra, luego hacia los años 40, aparece ya el término en la literatura, cuando los críticos, de esta corriente recurren al nombre para intentar definir el estilo narrativo de algunos autores. El crítico e historiador de arte Franz Roh (alemán), fue quien acuñó este término, aunque también encontramos a Massimo Bontempelli, ellos dos tenían la misma finalidad de buscar otras dimensiones de la realidad, pero si escapar de lo podemos ver y tocar.
En América Latina a mediados del siglo XX, la narrativa amplia su expectativa mas allá de la naturaleza, los indígenas y demás temas comunes de la novela realista. En este tiempo ya se usaron temas como revoluciones políticas y culturales, supersticiones y proceso locales, que fueron mezclados por decirlo así con los acontecimientos europeos, como son: principales inquietudes del mundo entero, psicoanálisis, problemas existenciales, ofreciendo a los escritores latinoamericanos una atmosfera ideal para inducir el realismo mágico en literatura, logrando así que esta llegase a consolidarse como una identidad regional.
Entre los autores más destacados de esta corriente literaria en América latina encontramos a Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Miguel Ángel Asturias, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez.
Para poner un poco en práctica este movimiento literario voy a identificar los elementos del realismo mágico en dos lecturas: el hombre muerto de Horacio Quiroga y un señor muy viejo con unas alas enormes de Gabriel García Márquez.
UN SEÑOR MUY VIEJO CON UNAS ALAS ENORMES
· El cielo y el mar eran una misma cosa de ceniza, y las arenas de la playa, que en marzo fulguraban como polvo de lumbre, se habían convertido en un caldo de lodo y mariscos podridos.
· Tuvo que acercarse mucho para descubrir que era un hombre viejo, que estaba tumbado boca abajo en el lodazal, y a pesar de sus grandes esfuerzos no podía levantarse, porque se lo impedían sus enormes alas.
· Estaba vestido como un trapero. Le quedaban apenas unas hilachas descoloridas en el cráneo pelado.
· Sus alas de gallinazo grande, sucias y medio desplumadas, estaban encalladas para siempre en el lodazal.
· Es un ángel .Les dijo. Seguro que venía por el niño, pero el pobre está tan viejo que lo ha tumbado la lluvia.
· Los más simples pensaban que sería nombrado alcalde del mundo. Otros, de espíritu más áspero, suponían que sería ascendido a general de cinco estrellas para que ganara todas las guerras. Algunos visionarios esperaban que fuera conservado como semental para implantar en la Tierra una estirpe de hombres alados y sabios que se hicieran cargo del Universo.
· Apenas si levantó sus ojos de anticuario. Vino una feria ambulante con un acróbata volador, que pasó zumbando varias veces por encima de la muchedumbre, pero nadie le hizo caso porque sus alas no eran de ángel sino de murciélago sideral.
· Vinieron en busca de salud los enfermos más desdichados del Caribe: una pobre mujer que desde niña estaba contando los latidos de su corazón y ya no le alcanzaban los números, un jamaiquino que no podía dormir porque lo atormentaba el ruido de las estrellas, un sonámbulo que se levantaba de noche a deshacer dormido las cosas que había hecho despierto.
· La fila de peregrinos que esperaban turno para entrar llegaba hasta el otro lado del horizonte.
· Al principio trataron que comiera cristales de alcanfor, que, de acuerdo con la sabiduría de la vecina sabia, era el alimento específico de los ángeles.
· Los baldados le arrancaban plumas para tocarse con ellas sus defectos, y hasta los más piadosos le tiraban piedras tratando que se levantara para verlo de cuerpo entero.
· dio un par de aletazos
· que provocaron un remolino de estiércol de gallinero y polvo lunar, y un ventarrón de pánico que no parecía de este mundo.
· Dio un par de aletazos que provocaron un remolino de estiércol de gallinero y polvo lunar, y un ventarrón de pánico que no parecía de este mundo.
· Por esos días, entre muchas otras atracciones de las ferias errantes del Caribe, llevaron al pueblo el espectáculo triste de la mujer que se había convertido en araña por desobedecer a sus padres.
· Era una tarántula espantosa del tamaño de un carnero y con la cabeza de una doncella triste.
· Cuando regresaba por el bosque después de haber bailado toda la noche sin permiso, un trueno pavoroso abrió el cielo en dos mitades, y por aquella grieta salió el relámpago de azufre que la convirtió en araña.
· Como el del ciego que no recobró la visión pero le salieron tres dientes nuevos, y del paralítico que no pudo andar pero estuvo a punto de ganarse la lotería, y la del leproso a quien le nacieron girasoles en las heridas.
· Barras de hierro en las ventanas para que no se metieran los ángeles.
· Y le encontró tantos soplos en el corazón y tantos ruidos en los riñones, que no le pareció posible que estuviera vivo, lo más que le asombro fue la lógica de sus alas.
· Elisenda gritaba fuera de quicio que era una desgracia vivir en aquel infierno lleno de ángeles.
· Aquellos aletazos indignos que resbalaban en la luz y no encontraban asidero en el aire.
EL HOMBRE MUERTO
En este cuento, se narra la historia de un personaje que es herido por su propia mano, pero no muere en el instante, sino que queda muy herido viviendo su propia agonía. Todo el cuento narra, las situaciones que están en aparente esposo y tranquilidad sin sufrir ningún tipo de cambio mientras el hombre experimenta todo esto, y solo espera morir.
CLAUDIA MARCELA HERNÁNDEZ DAZA.